jueves, 8 de marzo de 2018

PARAR PARA AVANZAR

 
    Mis pequeñas y pequeños SOÑADORES DE UN MUNDO UBUNTU hoy han estado sin su profe. Y su profe coge prestada la página que es de todos para dar sus motivos: 

   Hoy es 8 de Marzo de 2018.

   El 8 de Marzo nunca ha sido una jornada en la que felicitar a las mujeres por el hecho de serlo, de regalar flores, etc....  No es una festividad: Es una Conmemoración.

   El 8 de Marzo es una jornada en la que se recuerda un hecho trágico que sucedió cuando las mujeres comenzaron a reivindicar derechos similares a los que disfrutaban los hombres. A partir de ahí en ese día se sigue poniendo de manifiesto que, si bien se ha conseguido avanzar mucho y nuestro país es un ejemplo de ello, queda demasiado por hacer.

   Hoy había una oportunidad histórica. Mujeres de 180 países estaban llamadas a dar un fuerte golpe de efecto, una vuelta de tuerca importante en la visibilización de los problemas que aún existen, en la concienciación de que queda mucho por hacer.

   Yo soy una mujer con suerte. 

   Trabajo feliz con mis pequeños y pequeñas soñadoras, en el trabajo que yo elegí, intentando educar todos y cada uno de los días en la igualdad y el respeto, en el convencimiento de que cada uno somos únicos e irrepetibles.

   Trabajo con un buen equipo, TODAS MUJERES que sacamos día a día nuestro trabajo con una ilusión y una entrega que contagia y llena al grupo de energía.

   Cobro lo mismo que cualquiera de mis compañeros varones.

   Sí, es cierto ¡Qué suerte!

   ¿Qué suerte?

 ¿Por qué?

 ¿Por qué la gente piensa que tengo suerte?

 ¿Por que yo misma reconozco que tengo suerte?

   La respuesta es simple: 

Porque tantas y tantas mujeres no la tienen.

Porque tantas y tantas mujeres no tienen lo que en justicia se merecen.

   Yo soy una de las que una ministra dijo en los medios "élite" que haríamos la huelga. A nadie tengo que dar explicaciones si me puedo permitir o no que me quiten parte de mi salario pero hoy tenía muy claro que YO PODÍA ELEGIR y muchas, muchas, muchas otras, NO.

   A estas horas de la noche me siento orgullosa de haber puesto mi granito de arena para poner fuerza en un día como hoy.

   De haber compartido con tanta gente diversa en la concentración de mi ciudad o en la manifestación de la capital un grito unánime que llegara a cada corazón que lo necesitase.

   De ver tantísimas mujeres y hombres jóvenes, de ver tantas abuelas del brazo de sus nietas, de ver ojos empañados por la emoción.

   De saber que mis hijas, que mi hijo, que yo estábamos ahí caminando igual que tantos y tantas en el mundo para decir que hay que trabajar por la igualdad.

   Y por estar ahí nadie me va a engañar. No señores, esto no lo ha movido ningún partido en su beneficio, ninguno es capaz. Ningún medio que muestre gritos inapropiados de algún grupo a mi me va a confundir: Yo estaba allí y vi lo que demandaban miles y miles de almas y como se hacia: con ambiente festivo y de respeto absoluto.

   Y las voces se alzaron por las que se silenciaron durante tantos años, por las que siguen silenciadas, por las que ni siquiera se atreven a pensar que la suya está silenciada y por las que ya no les han dejado ni siguiera la oportunidad de hacerlo porque un hombre se creyó en el derecho de acabar con su vida.

   Si mi día de huelga ha podido contabilizar por esa mujer que no la ha podido hacer por miedo a perder su puesto de trabajo o por la que no se lo podía permitir porque tenía problemas para llegar a fin de mes, habrá valido la pena.

   Si mi voz en la calles ha hecho que una sola mujer se haya metido en la cama pensando que algo en su vida puede cambiar, que no está sola, habrá valido la pena.

   Si mi voz en las calles ha servido para que una sola la próxima vez que la ridiculicen, o la quieran hacer callar diga: ¡basta ya! habrá valido la pena.

   Si alguna mujer tiene perdida la esperanza y al ver lo que se ha movido hoy al menos se le ilumina en el alma una luz que le dice que sus hijas no vivirán lo que ella, habrá valido la pena.

   Si en tantos lugares del mundo donde llegan los medios de comunicación con noticias como esta hay mujeres que piensan que otro mundo es posible, habrá valido la pena.

   Estoy segura de que sí,

 HA VALIDO LA PENA.

   El lunes volvemos a estar juntos 
chicos y chicas soñadoras,
para no sólo soñar, 

PARA SEGUIR CONSTRUYENDO ESE MUNDO, 
PARA SEGUIR CREYENDO QUE ES POSIBLE.


NO QUIERO

No quiero
que los besos se paguen
ni la sangre se venda
ni se compre la brisa
ni se alquile al aliento.

No quiero
que el trigo se queme 
y el pan se escatime.

No quiero
que haya frío en las casas,
que haya miedo en las calles,
que haya rabia en los ojos.

No quiero
que en los labios se encierren mentiras,
que en las arcas se encierren millones,
que en la cárcel se encierre a los buenos.


No quiero
que la tierra se parta en porciones,
que en el mar se establezcan dominios,
que en el aire se agiten banderas
que en los trajes se pongan señales.


No quiero
que me manden Fulano y Mengano,
que me fisgue el vecino de enfrente,
que me pongan carteles y sellos
que decreten lo que es poesía.

No quiero 
amar en secreto,
llorar en secreto,
cantar en secreto.

No quiero
que me tapen la boca
cuando digo NO QUIERO...

 Ángela Figuera Aymerich

Poeta española nacida en Bilbao en 1902.
Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, fue Catedrática de Lengua y Literatura en los Institutos de Huelva, 
Alcoy y Murcia hasta después de la guerra civil española y posteriormente trabajó en la Biblioteca Nacional de Madrid.
Junto con Blas de Otero y Gabriel Celaya, formó parte del importante Triunvirato Vasco de la poesía de post-guerra. 
«Mujer de barro»  editado en 1948 fue su primer libro, al que siguieron luego muchas publicaciones de renombre como «Belleza cruel» y «Toco la tierra»

Falleció en 1984. 


   


2 comentarios:

  1. Precioso pensamiento. Siempre me imaginé que eras muy generosa. Gracias por tu blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los pensamientos no nacen sin más. Encontrar en el camino a personas que, como tú, se parten el alma cada día por que el mundo sea un poquito más justo, por encontrar la manera de avanzar en propuestas que ofrezcan oportunidades a los que están lejos de tenerlas es una fuente de inspiración. Gracias, Nuria. Un fuerte abrazo.

      Eliminar